¡Pedazo de título largo para una receta que es más simple que el mecanismo de un chupete, jajaja!.
Y es que nunca se me ha dado bien eso de resumir; de hecho, en todos los exámenes con un límite de tiempo me las he visto negras, porque mi tendencia natural es enrollarme como las persianas (y los últimos que hice en mi vida lo tenían, y muy estricto, doy fe.. pero, bueno, los aprobé, que es lo importante).
Por eso, a veces los títulos de mis recetas son casi más largos que la receta en sí. Como en este caso: se tarda casi más en escribir el título que en prepararla.
Receta simple, sí, pero muy rica, y aligerada respecto de la versión tradicional, que lleva bechamel normal. Riquísima, desde luego, pero engorda más.  Y en esta casa tenemos que controlar un poquito los hidratos de carbono, así que esta modalidad nos viene mucho mejor. He elegido esta receta tan sencillita porque todavía estoy reponiéndome del viaje: llegamos hace dos días.  Eso sí: no os penséis que en esta ocasión os vais a librar de las "Crónicas Viajeras de El Puchero de Morguix"... ¡caerán bien prontito, jajaja!. Pero todavía hay que ordenar fotos y recuerdos, antes de sentarse a escribirlas.
La bechamel de calabacín está preparada con Thermomix, pero os explico cómo hacerla sin ella.
Y, sin más, os dejo con la receta, y paso a ver qué es lo que habéis cocinado en mi ausencia.

INGREDIENTES:
2 o 3 espárragos gruesos o muy gruesos por persona
Una o dos...