Entre las altas temperaturas del verano y que últimamente, y sin saber por qué, mi horno estaba llevando un comportamiento diferente, la verdad es que no encontraba el momento de hornear un bizcocho o unas magdalenas. Y es que si hasta hace nada tenía más que controlados los tiempos y temperaturas del aparato en cuestión, antes del verano me la había jugado un par de veces.
Es por eso que cuando indico los tiempos de horneado de una masa siempre insisto en que cada horno es un mundo y que estas indicaciones son orientativas. Con el paso del verano volví a insistir, he hecho pruebas y ajustado de nuevo los tiempos y ... parece que mi horno y yo nos hemos reconciliado y si no que se lo pregunten a estas Magdalenas de Melocotón.
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